viernes, 8 de octubre de 2010

Makarenko

Materia: Teorías de la Educación
“Reporte de Lectura”
Maestra: Luz María Villa Cisneros
Alumna: Vianey Marlén Sandoval Olguín
Aula: #5

A. S. Makarenko
Makarenko proporcionó a Rusia un modelo para la producción del ciudadano de la nueva utopía que el comunismo trataba de establecer.
La esencia de la teoría educativa de Makarenko estriba en su concepto de la primacía de lo colectivo y no de lo individual. La principal preocupación de la educación debe ser la subordinación de la individualidad al bien común.
El retorno total, consciente y logrado de todas las riquezas del desarrollo anterior, del hombre asi como un hombre social, es decir, humano. Este comunismo es, como naturalismo acabado =humanismo y, como humanismo acabado = naturalismo; es la verdadera solución del conflicto entre el hombre y la naturaleza y del hombre contra el hombre, la verdadera solución  de la pugna entre la existencia y la esencia, entre la objetivación y la afirmación de sí mismo, entre la libertad y la necesidad, entre el individuo y la especie. Es el secreto revelado de la historia y tiene la consciencia de ser esta solución
Ni Makarenko ni ningún otro educador ruso tuvo suficiente teoría marxista sin los Manuscritos de Paris para cimentarse.
No hay duda de que como las instituciones educativas principales en que trabajó Makarenko eran orfanatos o colonias, resultaban atípicas, como admitió sin embages, del tipo usual del ambiente educativo.
En sus métodos cotidianos, Makarenko se portaba como un conductista rígido. Rechazo la creencia psicológica contemporánea en las diferencias individuales e incluso se rehusaba a aceptar los registros de los antecedentes de los niños cuando eran puestos bajo su cuidado.
El método del trabajo educativo no puede extraerse de lo que proponen las ciencias a fines, independientemente de cómo hayan sido elaboradas algunas de éstas, como la psicología y la biología, especialmente la última, después de los trabajos de Pávlov.
¿Qué es la disciplina? En nuestra práctica, ciertos maestros de escuela y pedagogos pensadores, la disciplina se la imaginan a veces como medio de educación. Yo considero que la disciplina no es un medio educativo, sino el resultado de la educación, y como medio educador debe diferenciarse del régimen. El régimen es un sistema determinado de recursos y métodos que ayudan a educar. La disciplina es, precisamente, el resultado de la educación.
Creo que la futura teoría pedagógica prestará particular atención a la colectividad primaria.
La educación colectiva no puede realizarse solamente a través de la colectividad primaria, pues en ella los niños están unificados por una constante comunidad de vida, se ven durante todo el día, aparece el compadrazgo y surge un género de educación al que no puede llamarse plenamente educación soviética.

Análisis
Bueno pues el tema sobre Makarenko, al igual que los demás, me han parecido muy interesantes, al igual que he disfrutado la lectura. Bueno pues Makarenko en su trayectoria, dio a conocer varias conferencias de las cuales, la 2da me pareció la más interesante, ya que habla de la disciplina. El dice que hay maestros de escuela y pedagogos pensadores que creen que la disciplina en ocasiones la ven como un medio de educación, a lo cual el no está de acuerdo, el dice que la disciplina es  el resultado de la educación.
Pues ami me parece que es un resultado tanto como un medio de educación, ya que en el proceso de educación se requiere de cierta disciplina para poder tener un buen conocimiento, y pues es verdad que a final de la educación (que en verdad la educación nunca termina) pues se refleja la disciplina que se adquirió después de la educación.



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Vianey Marlén Sandoval Olguín

Teoría de la Educación

Materia: Teorías de la Educación

“Reporte de Lectura”

Maestra: Luz María Villa Cisneros

Alumna: Vianey Marlén Sandoval Olguín

Aula: #5


TEORIAS DE LA EDUCACIÓN

Las teorías que tratan los procesos de adquisición del conocimiento han tenido durante este último siglo un enorme desarrollo debido fundamentalmente a los avances de la psicología y las teorías instruccionales que han tratado de sistematizar los mecanismos asociados a los procesos mentales que hacen posible el aprendizaje.

Su propósito es el de comprender e identificar estos procesos y a partir de ellos, tratar de describir métodos para que la educación sea más efectiva, es en éste último aspecto en el que se basa el diseño instruccional quién identifica cuales son los métodos que tienen que ser utilizados en el diseño del proceso de instrucción y en qué situación van a ser utilizados esos métodos. Las teorías intentan explicar el cómo aprendemos o cómo llegamos a adquirir el saber.

En la educación nos encontramos con una etapa anterior a la existencia de instituciones educativas en donde la educación se considera exclusivamente oral y con responsabilidad familiar y social quien la transmite y la guarda. En esta situación el proceso de aprendizaje se lleva a cabo en el contexto social y como parte de la integración del individuo en el grupo que se realiza a lo largo de la vida del individuo.

La teoría clásica en educación se puede considerar a través del modelo liberal, basado en La República de Platón, donde se plantea un proceso disciplinado y exigente, un currículo donde las materias se presentan en una secuencia lógica y coherente para lograr el aprendizaje.

En contraposición aparece una teoría “progresista” que trata de ayudar al alumno en su proceso educativo de forma que éste sea percibido como un proceso “natural”. Estas teorías tienen su origen en el desarrollo de las ideas sociales de Rousseau y en la segunda mitad del siglo pasado han tenido un auge a partir de las ideas de John Dewey (1933) en Estados Unidos y de Jean Piaget  en Europa.

En muchos aspectos, el desarrollo de estas teorías y de otras derivadas de ellas está influido por el contexto tecnológico en el que se aplican, pero fundamentalmente tienen como consecuencia el desarrollo de elementos de diseño instruccional, como parte del proceso de modelisar el aprendizaje, por lo que se requiere investigar los mecanismos mentales que intervienen en él, así como los que describen el conocimiento.

Del punto de vista orientado a la psicología de la educación se distinguen dos enfoques: el enfoque conductista o asociacionista y el enfoque cognitivista. Existen otras líneas de pensamiento que han contribuido a configurar una base conceptual sólida sobre el aprender.

El enfoque conductista y asociacionista concibe el aprendizaje en mayor o menor grado como un proceso ciego y mecánico de asociación de estímulos y respuestas, provocado y determinado por las condiciones externas, ignorando la intervención mediadora de variables referentes a la estructura interna del que aprende.


Rousseau

Materia: Teorías de la Educación
“Reporte de Lectura”
Maestra: Luz María Villa Cisneros
Alumna: Vianey Marlén Sandoval Olguín
Aula: #5

ROUSSEAU
Muchas de las actitudes que Rousseau desarrollo tanto frente a la educación como frente a la vida en general se debieron en gran parte a su propia vida insegura y de manera especial a sus primeros intentos fallidos de encontrar una vocación.
Las desigualdades que hay entre unos hombres y otros, afirma, no son naturales sino debidas a la situación social.
El hombre nace libre, pero en todas partes esta encadenado. Quien se considera amo de los demás, es mayor esclavo que ellos.
El cambio revolucionario fomentado por Rousseau es que, en vez de que la educación se centre en lo que se enseña (la materia), se debería centrar en quien es enseñado, o sea, en el niño.
La educación al viejo estilo es deletérea por eso mismo, puesto que trata de convertir al niño en un buen ciudadano; ello significa educar al hombre para los otros, en vez de para si mismo.
Una de las principales tareas que Rousseau se impone en esa obra es describir la naturaleza del niño y cómo permitir que se desarrolle de acuerdo con sus propias leyes internas.
Libro I
La educación en este escalafón, afirma, “consiste no en enseñar la virtud y la verdad, sino en preservar el corazón del vicio y la mente del error”.
Lo que el niño pequeño aprende se basa en la experiencia sensorial y práctica, más que en ideas y razonamientos.
Es natural que en esta etapa el motivo dominante en el niño sea el amor propio a la inclinación a sus propios placeres y dolores.
Esta listo para cesar de ser un niño y entrar en una vida individual. Lo hemos convertido en un ser pensante y eficiente y no nos queda nada por hacer en la producción de un hombre completo, sino convertirlo en un ser afable y sensible, es decir, perfeccionar la razón por el sentimiento
Rousseau ahora repite a Aristóteles ala firmar que “es haciendo el bien como nos volvemos buenos”.

ANÁLISIS
El capítulo de Rousseau es muy interesante, aunque a decir verdad no alcance de tiempo para leerlo completo, pero pues en lo que leí me pareció muy importante, pero, me enfoque más en lo que dice de que el hombre nace libre pero en cualquier lado esta encadenado, esto me parece una verdadera realidad, ya  que en si todos tenemos libertad mas siempre estamos atados a algo o en ocasiones a alguien.

R. S. Peters

Materia: Teorías de la Educación
“Reporte de Lectura”
Docente: Luz María Villa Cisneros
Alumna: Vianey Marlen Sandoval Olguín
Aula: #5

R. S. Peters
La primera cuestión importante que hay que tocar sobre la obra de Peters es que representa un nuevo enfoque en el pensamiento filosófico de la educación, pero resulta imposible captar las implicaciones globales de sus escritos sin apreciar antes la naturaleza de ese nuevo enfoque.
La metafísica es un intento por explicar la naturaleza última de la realidad, y se basa sobre todo en métodos intuitivos y especulativos del pensamiento. El problema principal de todas las teorías metafísicas tradicionales es que no parece que exista medio conclusivo de establecer sus premisas básicas.
La teoría educativa de Peter se centra en su análisis del concepto de la educación, además de la obvia importancia de esclarecer su naturaleza exacta, Peters se vio influido por dos motivos en su búsqueda de una definición adecuada.
El concepto de educación que Peters desarrolló como resultado de esas preocupaciones lo planteó por primera vez en su disertación inaugural en el Instituto de Educación de la Universidad de Londres, la que tituló “La Educación como iniciación”, y desde entonces se ha generalizado en la filosofía educativa contemporánea.
La moralidad, pues, es para Peters parte de la forma de vida valiosa en la que ha de ser iniciado todo niño, y tiene que consistir en un análisis objetivo de los valores liberales fundamentales discutidos en Ethics and Education y otra vez mencionados en el ensayo.
Dado, pues, que “educación” implica llevar intencionalmente a efecto un estado mental deseable, nada cuesta asimilarla a los casos más familiares en que se efectúa lo que se desea.
La insistencia en el “ser” y el “captar” por uno mismo, que se encuentra tanto en Platón como en los teóricos del “crecimiento” sugiere un tercer punto conceptual sobre “educación”, además de los ya señalados acerca del valor de lo que se transmite y de la manera como se debe asimilar. Esto se refiere al aspecto cognoscitivo del contenido de la educación.
“educación” importa en esencia procesos que transmiten intencionalmente lo que es valioso, de una manera inteligible y voluntaria, creando en el educando un deseo de lograrlo, visto todo dentro del conjunto de las demás cosas de la vida
Análisis
Bueno pues este tema sobre Peters me pareció muy importante, ya que su teoría se basaba en la educación. Lo cual estoy de acuerdo ya que todos debemos de ver la educación como un conocimiento que tendremos siempre y nunca se nos olvidara, y pues al igual podremos sacar un beneficio material, pero ya basado en nuestro conocimiento.


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Vianey Marlen Sandoval Olguín                                              06/10/10

A. S. Neill

Materia: Teorías de la Educación
“Reporte de Lectura”
Docente: Luz María Villa Cisneros
Alumna: Vianey Marlen Sandoval Olguín
Aula:#5

A.   S. Neill
Neill repite con insistencia que las influencias más formativas no las recibió de autores catalogados convencionalmente como pedagogos o educadores. Por el contrario destaca a personas como Freud, Lane Reich y Cristo aunque este último con alguna precaución debida al impacto negativo de su temprana y tradicional religiosa. De todas maneras para entender a Neill es imprescindible hablar de Homer Lane y Wilhelm Reich.
En educación la única manera de proceder es colocarse del lado de los niños lo cual significa eliminar toda forma de castigo, de temor  y toda disciplina externa; quería decir también tener confianza en los niños de modo que crecieran sin recibir presiones del exterior.
Bondad y felicidad son los dos pilares de la antropología de Neill.
Neill parte los dos principios antropológicos que sitúa al principio y al final de su tarea como educador: en el inicio coloca la firme convicción de que los seres humanos son buenos, y durante todo el proceso y como logro final la educación coloca la felicidad.
Neill sostiene que el reino moral no tiene ningún carácter absoluto, en contraposición a lo que se le impuso a él mismo de niño. La moralidad es fundamentalmente un proceso social y si tiene algunos absolutos todos parten de un principio cardinal de respeto por el individuo.
La libertad en la escuela postula en el maestro conocimiento de la psicología infantil. El maestro debe saber, más que lo que debe hacer, que es lo que no debe hacer; lo cual significa que no se debe entrometer y dar el traste con todo. El maestro debe conocer “más que algo” de causa y efecto.
No hay duda de que el hombre es un moralista: el porqué, no lo sé; pero en todo el mundo hay un deseo de enseñar a alguien, y todas las argumentaciones de los libros, conferencias a lo que se hace en el local del pueblo, apuntan a enseñar algo a alguien.
Diríase que la educación del mañana necesita un nuevo tipo de maestro, alguien que subordine el interés por la enseñanza al interés por la vida.
Todo lo que se dice sobre la maldad de los adolescentes son pamplinas, Homer Lane acostumbraba decir que cualquier mala acción tenía algún buen motivo, aunque pervertido. Los adolescentes no son peores que usted o yo. Buscan la alegría de vivir en una época que no conoce esa alegría: todo lo que conoce es la baraja, la televisión, el futbol y la prensa sensacionalista. Sus ideales son la riqueza, grandes coches y restaurantes caros; su encanto lo encuentra en las estrellas del cine y de la radio, en música efímera y en cantantes que mueven el ombligo.

Análisis
Pues todo de éste tema es interesante e importante, pero esto de los actos de los jóvenes me pareció muy interesante, ya que coincido con ello; porque como dicen, todo lo que sucede, sucede por algo, y pues es verdad tal vez si un joven se droga es porque siente que todo está bien en ese momento y no siente las presiones y depresiones que en el momento de estar bien lo acompañan.



martes, 5 de octubre de 2010

La Forma del Bien


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Materia: Teoría de la Educación
“Reporte de Lectura”
Alumna: Vianey Marlén Sandoval Olguin
Maestra: Luz María Villa Cisneros
Aula: #5
Bibliografía: Teorías de la educación

La forma del bien
La definición del bien es fundamentalmente en la argumentación, lo que Platón realiza por su teoría de las Formas que se presenta en una prolija metáfora. En el mundo físico, según explica, el ojo puede ver objetos porque están iluminados por el Sol, que es una fuente de luz; de igual manera, en el mundo inteligible, el ojo de la mente puede “ver” los objetos inteligibles porque están iluminados por la Forma del Bien, que es la fuente de la luz intelectual.
Aquí estriba la base de su tesis educativa: solo hay algunos que tienen la capacidad de “ver” en el mundo inteligible y alcanzar, por ende, la Forma del Bien. Se trata de personas que poseen una “energía ínsita en su alma”.
Sabe, pues, que cuando hablo de producción del bien, aludo al sol.
Lo que esparce sobre los objetos de las ciencias de la luz de la verdad, lo que confiere al alma la facultad de conocer, es la idea del bien, y que esa misma idea es el principio de la ciencia y de la verdad, en cuanto éstas pertenecen al dominio de la inteligencia. Por hermosas que sean la ciencia y la verdad, puedes asegurar, sin temor a equivocarte, que la idea las aventaja en belleza.
El alma, para llegar a conocerla, se ve obligada a servirse de suposiciones, no para llegar a un primer principio, porque no puede remontarse más allá de las suposiciones que ha hecho, sino que empleando imágenes terrenas y sensibles, que solo por la opinión conoce, y suponiendo que son claras y evidentes, se ayuda de ellas para el conocimiento de la verdaderas figuras.
Mira ahora lo que naturalmente habrá de sucederles, si son libertados oblíguesele inmediatamente a levantarse, a volver la cabeza, a caminar y a mirar hacia la luz; nada de eso hará sin infinito trabajo; la luz le abrasará los ojos, y el deslumbramiento que le produzca le impedirá distinguir los objetos cuyas sombras veía antes.
Pues ésa es precisamente, mi querido Glaucón, la imagen de la condición humana. El antro subterráneo es el mundo visible; el fuego que lo ilumina, la luz del sol, el cautivo que sube a la región superior y la contempla, es el alma que se eleva hasta la esfera inteligible.
Un hombre sensato se hará la reflexión de que la vista puede ser turbada de dos maneras y por dos causas opuestas: por el paso de la luz  a la oscuridad, o por el de la oscuridad a la luz, y aplicando a los ojos del alma lo que acontece a los del cuerpo,  cuando la vea turbada y embarazada para distinguir ciertos objetos, en lugar de reírse sin razón de semejante perplejidad, examinará si proviene de que descienda de un estado más luminoso, o si es porque,  pasando de la ignorancia a la luz, quede ofuscada por su fulgor excesivo.
Que no seremos culpables de injusticia para con los filósofos que se hayan formado entre nosotros,  y que tendremos buenas razones que alegarles para obligarlos a encargarles de la guardia y conducta de los demás. En otros Estados, les diremos, es mas disculpable que los filósofos se sustraigan al peso de los asuntos públicos, porque solo a sí mismos deben su sabiduría, y se forman a pesar del gobierno; justo es de quien no debe mas que a sí propio su nacimiento y crecimiento no esté obligado a guardar reconocimiento alguno a nadie, pero vosotros os hemos formado en interés del Estado tanto como en el propio vuestro, para que seáis en nuestra república, como ocurre en la de las abejas, nuestros jefes y nuestros reyes: con este designio os hemos dado educación más perfecta, que os hiciese más capaces que todos los demás de aliar el estudio de la sabiduría al manejo d los asuntos.

Análisis
 Bueno aquí me llamo mucho la atención esto de que, la luz del conocimiento es el alma. Pienso que esto tiene algo de verdad ya que el conocimiento es esencial para toda persona porque si no se tuviese nada de éste seriamos personas vacías, y pues así no tendría sentido nada.


________________________                                                                                  21/SEP/10
Vianey Marlén Sandoval O.


El Filósofo Gobernante


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Alumna: Vianey Marlén Sandoval Olguin
Materia: Teoría de la educación
Aula: #5
Bibliografía: Teorías de la educación

El filosofo gobernante
A continuación de la discusión sobre la justicia, se hace la sugerencia revolucionaria de que se debe abolir la familia, de que las mujeres deben tener igualdad total con los hombres y que los hijos se deben educar comunitariamente. Sócrates pasa a señalar que nunca se lograra la justicia a menos que los gobernantes se conviertan en filósofos, y estos en gobernantes.
Pero me parece, Sócrates, que, como te dejásemos seguir, jamás llegarías al punto esencial cuya explicación diferiste antes para entrar en todos estos desarrollos.; se trata de saber si un Estado como el que nos ocupa es posible, y cómo lo es.
Cuantos más pretextos eches por delante, mas prisa te pondremos para que no expliques cómo es posible realizar tu estado; habla, pues, y no nos tengas tanto tiempo suspenso.
La verdad es, pues, tal como acabo de decir. Pero si quieres que te haga ver cómo y hasta qué punto puede realizarse semejante Estado lo haré, por obligarte, con tal que me concedas una cosa que necesito.
Si puedo hallar como puedo ser gobernado un Estado de manera muy aproximada a la que dicha queda, reconoce entonces que he demostrado, como me exiges, que nuestro Estado no es una quimera.
Lo intentare con confianza, puesto que me ofreces un auxilio de que espero mucho.
Sócrates, nadie puede negarte la verdad de lo que acabas de decir. Pero he aquí una cosa que de ordinario ocurre a los que hablen contigo: imaginan que, por no hallarse versados en el arte de interrogar y de responder, son inducidos poco a poco a error.
El trato que se concede a los sabios en los Estados en que viven, es tan extraño y particular, que nadie ha experimentado jamás cosa que pueda aproximársele.
Son suficientemente extravagantes para decir que no hay ciencia que pueda aprenderse, y todos ellos están dispuestos a descuartizar a quienquiera que ose decir lo contrario.
Dile que le sobra razón para considerar a los más sabios de los filósofos como gente inútil para el Estado; que, con todo, no es a ellos a quienes hay que reprochar su inutilidad, sino a los que no se dignan utilizarlos, porque no está en el orden que el piloto ruegue a la tripulación que le entregue la dirección del navío, ni que los sabios vayan de puerta en puerta a formular semejante súplica ante los ricos.
No ignoras que aquellos que tienen facilidad para aprender y retener lo que aprenden, y que están dotados de ingenio agudo y chispeante, no suelen unir al calor de los sentimientos y a la elevación de las ideas el orden, la calma y la constancia; sino que, dejándose llevar a donde la vivacidad los arrastra, no tienen nada de estable ni de seguro.
La idea del bien es el objeto del conocimiento más sublime: que la justicia y las demás virtudes toman de esa idea su utilidad y todas sus ventajas.
Es divertido que nos reprochen nuestra ignorancia respecto del bien, y que ha seguida nos hablen de él como si lo conociésemos. Dicen que es la inteligencia del bien, como si tuviésemos que entenderles desde el instante que pronuncian la palabra bien.

Análisis
Pues en sí, todo me pareció muy interesante, pero hay algo que me llamo mucho la atención, que no ignora a las personas que están llenas de inteligencia, que si las toma en cuenta, eso me parece bien ya que no se debe rechazar a personas inteligentes solo por ser obreros o algo así, sino al contrario darles la oportunidad de superarse.



Vianey Marlén Sandoval Olguin                     20/09/10

La Justicia como Calidad Humana


 


Alumna: Vianey Marlén Sandoval Olguin
Materia: Teoría de la educación
Aula: #5
Bibliografía: Teorías de la educación
LA JUSTICIA COMO CUALIDAD HUMANA
La argumentación, hasta ahora, ha establecido que el buen Estado debe ser equilibrado y cada persona debe realizar su propio cometido; mientras que de acuerdo con el principio de la división del trabajo, los buenos gobernantes serán aquellos que más dotados estén por la naturaleza para serlo. Sócrates sostiene ahora que la justicia de cada individuo es análoga a la justicia del Estado. El individuo es prudente por su razón, valiente por su espíritu, temperante cuando su apetito (esto es sus deseos instintivos) y su espíritu se hallan bajo el control de la razón. Y es justo cuando cada una de sus facultades desempeña su propio trabajo y no se entromete en las funciones de los demás.
-Por fin hemos llegado, aunque con no poco trabajo, a demostrar claramente que hay en el alma del hombre tres principios que responden a cada uno de los tres órdenes del estado. –En efecto. -¿No se nos aparece como inexcusable que el particular sea prudente? –Sí. -¿Y que el particular sea valeroso de la misma manera y por lo mismo que el Estado? En una palabra, que todo aquello que contribuye a la virtud se encuentre en el uno como en el otro? –Sin duda. –Así diremos, mi querido Glaucón, que lo que hace justo al Estado hace justo al particular igualmente. –Consecuencia necesaria. –No hemos olvidado que el Estado es justo cuando cada uno de los tres órdenes de que se compone hace exclusivamente aquello que es su deber. –No creo que lo hayamos olvidado. –Recordemos, pues, que cada cual de nosotros ser justo y cumplirá su deber cuando cada una de las partes de que él mismo se compone cumpla su labor propia. –Sí, verdad es que deberemos recordarlo. -¿No incumbe a la razón el mando, puesto que en ella reside la prudencia, y toda vez que ejerce inspección sobre la totalidad del alma? ¿Y no corresponde a la cólera obedecer y secundarla? –Sí. -¿Y como podrían mantenerse en perfecto acorde esas dos partes si no es mediante la mezcla de la música y de la gimnastica de que antes hablábamos, y cuyo efecto será, por una parte, nutrir y fortificar la razón con hermosos preceptos y con el estudio de las ciencias, y, por otra parte, adulciguar y aquietar el valor con el hechizo del numero y de la armonía? –No veo ningún otro medio. –esas dos partes del alma, así educadas e instruidas en su deber, regirán el apetito sensitivo que ocupa la mayor parte de nuestra alma, que es insaciable por naturaleza. Tendrán cuidado de que después de haberse acrecentado y fortalecido ese apetito con el goce de los placeres de cuerpo, no exceda de los límites de su deber, ni pretenda atribuirse sobre el alma una autoridad que no le pertenece, y que introduciría en el conjunto un extraño desorden. – Sin duda.
-En caso de ataque exterior, adoptaran las mejores medidas para la seguridad del alma y del cuerpo. La razón deliberara, la cólera combatirá, y, secundada por el valor ejecutara la ordenes de la razón. –Perfectamente. –El hombre merece, pues, nombre de valeroso, cuando aquella parte de su alma en que la cólera reside sigue constantemente, a través de los placeres y de los trabajos, las ordenes de la razón acerca de lo que es o de lo que no es de temer. –Sí. –Es prudente por esa pequeña parte de su alma que ejerce el mando y da órdenes, única que sabe lo que es útil a cada una de las otras tres partes y a todas ellas a la vez. –Cierto es eso. -¿No es temperante por la amistad y armonía que reinan entre la parte que manda y las que obedecen, cuando estas dos últimas están de acuerdo que es la razón a quien corresponde mandar, y no le disputan la autoridad? –La templanza no puede tener más principio que ése, así en el Estado como en el particular. –Finalmente, asimismo, será justo por cuanto acabamos de decir. –Indudablemente.
-¿Hay –algo, ahora, que nos impida reconocer que la justicia en el individuo es la misma que en el estado? –No lo creo. –Sí todavía nos quedase alguna duda en ese respecto, haremos que desaparezca, por los absurdos que trae aparejados consigo. -¿Cuáles? –Por ejemplo: si se tratase respecto de nuestro Estado o del particular formado con su arreglo a su modelo por la naturaleza y educación, de examinar entre nosotros si ese hombre podría distraer en provecho suyo un deposito de oro o de plata, ¿Piensas que nadie le creería más capaz de una acción como esa, que aquellos que no se parecen a él? –No pienso tal cosa. -¿No será, igualmente, incapaz de saquear templos, de hurtar, de traicionar al Estado o a sus amigos? –Sí -¿Y de faltar en algún modo a sus juramentos y promesas? –Sin duda. –El adulterio, la falta de respeto hacia los padres y de piedad hacia los dioses, serán otros tantos delitos de que se hará menos culpable que cualquier otro. –En efecto. –Y la causa de todo ello, ¿No es la subordinación establecida entre las partes de su alma, y la aplicación de cada una de ellas a cumplir con sus deberes? –Mal podría ser otra. –Pero ¿Conoces alguna otra virtud, fuera de la justicia, que pueda formar hombre de ese carácter? –En verdad que no. –Vemos, pues, ahora, con toda claridad, lo que al principio no pasábamos de entrever. Apenas pusimos mano al plan de nuestro estado, cuando alguna actividad nos ha hecho tropezar con un modelo de la justicia. –Verdad es. –Así, mi querido Glaucon, cuando exigíamos que el que hubiese nacido para ser zapatero, carpintero, o para cualquier otra arte, hiciese bien su oficio y no se entremetiese en ninguna otra cosa, trazábamos la imagen de la justicia. Así hemos conseguido nuestro fin por ese medio. –Evidentemente. –La justicia, en efecto, se asemeja a lo que prescribíamos nosotros en que no se detiene en los actos eternos del hombre, si no que regula lo interior del mismo no permitiendo que ninguna parte de su alma haga otra cosa que aquello que le es propio, y prohibiéndoles que recíprocamente se usurpen sus respectivas funciones. Quiere que el hombre, después de haber señalando debidamente a cada cual de las funciones que propiamente le incumben, después de haberse hecho dueño de sí mismo, después de haber establecido orden y concordia entre esas tres partes, de haber puesto entre ellas un acorde perfecto, como entre los tres tonos extremos de la armonía, la octava, la baja y la quinta, y entre los restantes tonos intermedios, si existen, después de haber ligado entre si todos los elementos de que está compuesto, de suerte que de su conjunto un todo bien regido y concertado, quiere –digo- que entonces comience a obrar el  hombre, ya se proponga a acumular riquezas, ya cuidarse de su propio cuerpo, ya acogerse a la vida privada, ya intervenir en los asuntos públicos; que en todas circunstancias del hombre de acción justa y hermosa de toda acción que haga nacer y mantenga en el ese hermoso orden, y el nombre de prudencia a la ciencia que preside las acciones de esa naturaleza y que, por lo contrario, llame acción injusta a la que destruya en el ese orden, e ignorancia a la opinión que preside semejantes acciones. –Nada mas cierto, mi querido Sócrates, que lo que dicen.
-Así no temeremos a equivocarnos mucho si aseguramos que hemos hallado que es un hombre justo, un Estado justo, y en qué consiste la justicia. –Nada tendremos que tener. -¿Lo aseguramos, entonces? -¡Sí, por Zeus! –Sea. Réstanos ahora, me parece, examinar que sea la injusticia. –Sin duda. -¿Es acaso otra cosa que una sedición entre las tres partes de alma, que se dirigen a aquello que no es de su incumbencia, usurpando ajeno oficio; una sublevación porque esta naturalmente hecha para obedecer a aquello que está hecho para mandar? De ahí, diremos, de ese desorden y de esa perturbación nacen la injusticia e intemperancia, la cobardía y la ignorancia. En una palabra todos los vicios. –Ciertamente. –Puesto que conocemos la naturaleza de la justicia y la injusticia, así mismo conocemos la naturaleza de las acciones justas e injustas. -¿Cómo así? –Porque hacen respecto del alma lo mismo que respecto del cuerpo hacen las cosas sanas y nocivas. -¿En qué? –Las cosas sanas dan la salud. Las cosas nocivas engendran enfermedad. –En efecto. –Parejamente, las acciones justas producen la justicia; las acciones injustas, la injusticia. –Indudablemente. –Dar la salud es establecer entre los diversos elementos de la constitución humana el equilibrio natural que somete unos a otros. Engendrar enfermedades es hacer que uno de esos elementos impere sobre los otros, o sea denominado por ellos, contra las leyes de la naturaleza. –Es verdad. –por la misma razón, producir la justicia es establecer entre las partes del alma la subordinación que en ella ha querido poner la naturaleza. Producir la injusticia es dar una parte sobre las demás un imperio que va contra la propia naturaleza. –Perfectamente.
-La virtud es, pues, sí así puedo expresarme, la salud, la belleza, la buena disposición del alma; el vicio, por el contrario, es su enfermedad, su deformidad y flaqueza. –Así es como dices. -¿No contribuyen las acciones honestas a promover en nosotros la virtud, y las acciones deshonestas a producir el vicio? –Sin duda. –No tenemos pues, más que examinar si es útil hacer acciones justas, aplicarse a aquello que es honesto, y ser justos, seamos o no tenidos por tales, o cometer injusticias y ser injustos, aun cuando no hubiésemos de temer ser castigados por ello y obligados por el castigo a hacemos mejores. –Pero, Sócrates, me parece ridículo que nos detengamos por más tiempo en semejante examen; porque si, agotado por completo el cuerpo, hácese insoportable la vida, aun cuando transcurra entre deleites y honores y en opulencia, con mayor motivo habrá de ser para nosotros una carga cuando el alma, que es su principio, esté alterada y corrompida, aun cuando por otra parte tuviésemos poder para hacer cuanto se nos antoje.

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Vianey Marlén Sandoval Olguin
15-SEPTIEMBRE-2010